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Trigo en invierno: controlar el vigor y reforzar la resistencia a sequía/heladas — Puntos técnicos clave

Yunhe — Trigo en invierno: controlar el vigor y reforzar la resistencia a sequía/heladas

El núcleo de una invernada segura del trigo es regular científicamente el vigor del cultivo, gestionar razonablemente el agua y la fertilización y reforzar el control integrado de enfermedades, plagas y malezas. El objetivo es contener el exceso de crecimiento, mejorar la tolerancia a sequía y heladas y, finalmente, asegurar rendimientos estables y crecientes. Los siguientes puntos sirven como guía práctica para distintas regiones.

I. Suprimir el exceso de crecimiento y formar plántulas fuertes

1. Rodillado mecánico adecuado

En lotes con siembra temprana y densidad alta, los inviernos cálidos adelantan el desarrollo y aumentan el riesgo de heladas. Cuando el suelo aún no esté totalmente congelado, aplicar “presionar en seco, no en húmedo; suelo blando, no duro; presión ligera, no pesada”, ajustando la intensidad según el vigor y la humedad. Aumentar presión donde el cultivo esté claramente vigoroso para reducir macollos aéreos y promover raíces profundas. En suelos mojados o plántulas débiles, reducir o evitar el rodillado para prevenir daños y compactación.

2. Regulación química oportuna

En poblaciones grandes con tendencia a vigor excesivo, aplicar reguladores de crecimiento foliares cuando la temperatura media supere de forma estable los 8°C para frenar el crecimiento aéreo. Mantener cobertura uniforme y concentración correcta para evitar fitotoxicidades por solapes. No usar reguladores inhibidores en “falso vigor” (hojas largas pero plantas débiles) o con deficiencias nutricionales; preferir foliares como fosfato monopotásico para estimular raíces y la tolerancia al estrés.

3. Escardas entre hileras en el momento justo

Cuando el cultivo esté envejecido y denso, escardar 5–7 cm entre hileras para seccionar parte de las raíces, reduciendo la absorción excesiva del follaje, bajando macollos ineficientes y promoviendo plántulas robustas con buen sistema radical.

II. Regulación hídrico‑nutricional para sostener el cultivo

1. Agua y fertilización inteligentes para mejorar el estado del lote

Fertilizar e irrigar con precisión según la humedad del suelo y el estado del cultivo. Si el suelo está seco y hay estrés hídrico, regar a tiempo y añadir dosis moderada de fertilizante de rápida acción. Si la humedad es adecuada y el crecimiento normal, evitar aportes extra para no provocar exceso de vigor. En poblaciones pequeñas y débiles, aprovechar lluvias o buena humedad para aplicar N rápido y revertir el estado, mejorando la tolerancia invernal.

2. Asegurar el entorno radicular y la resistencia al estrés

Con altos retornos de rastrojo, el suelo puede quedar suelto o con huecos; regar oportunamente y afirmar la capa superficial para ayudar al enraizamiento previo al invierno. En trigo sobre rastrojo de arroz, construir y mantener el sistema de “tres zanjas” (internas y externas) para drenar bien, prevenir anegamientos y habilitar riego por surcos cuando sea necesario.

III. Riego invernal científico para sequía/heladas

1. Elegir el momento correcto

El riego invernal repone humedad, promueve raíces y macollaje y amortigua caídas bruscas de temperatura. Evitar regar demasiado temprano (exceso de evaporación) o demasiado tarde (suelo congelado e infiltración deficiente). Cuando la humedad relativa del suelo esté por debajo de ~70%, regar con una media diaria cercana a 3°C y ciclo de deshielo diurno/helada nocturna para asegurar buena infiltración. En lotes ya vigorosos y con buena humedad, retrasar o suprimir el riego para evitar nuevo exceso de crecimiento o daños por agua congelada.

2. Optimizar los métodos

Preferir manguera portátil, micro‑riego o aspersión; limitar el volumen a ~40 m³ por mu. Escardar ligeramente después para airear el suelo y reducir compactación. En plántulas muy débiles y tardías que no toleren el enfriamiento, omitir el riego; si faltan macollos, aplicar un riego ligero para fomentar el macollaje compensatorio.

IV. Control integrado de enfermedades, plagas y malezas

1. Monitoreo de enfermedades y control temprano

Las zonas fuente del noroeste y las áreas de invernada del suroeste son críticas para la roya estriada. Seguir “monitorear con producto, detectar un punto y controlar un área” para contener brotes focales. La pudrición de la vaina puede propagarse rápidamente con temperatura y humedad adecuadas; tratar precozmente para evitar reservorios antes y durante el invierno.

2. Monitoreo de plagas y medidas integradas

Lombrices del suelo, ácaros del trigo y áfidos son amenazas clave antes y durante la invernada. Reforzar monitoreo y pronóstico. Al superar umbrales, combinar control biológico, trampas físico‑conductuales y aplicaciones precisas para evitar explosiones poblacionales.

3. Control de malezas

Elegir herbicidas según flora, composición de especies y temperatura. Aplicar preferentemente en períodos soleados continuos, con media superior a 5°C, sin heladas ni lluvias. Operar con cuidado para evitar daños por frío o fitotoxicidad.

Published at: Feb 18, 2025 · Modified at: Oct 3, 2025

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